En tiempo de pandemia y cuarentena solo se puede pensar en volver al bosque, a la playa, al campo...
Y nos viene a la mente aquellos días que éramos libres para disfrutar del tiempo. Las cosas cambian de repente y sin darnos cuenta nos vemos extrañando lugares y a las personas mas queridas. Eso nos enseña y nos deja aprender la lección del día, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
Y me obedezco y escribo, hace mucho que no lo hago, pero de eso se trata que no sea una obligación sino un deseo.
Mi deseo es que sientan lo que he sentido yo, luego de mi confinamiento de 40 días . Poder visitar mi lugar preferido y querido. A veces esperar algo hace que más lo desees y lo disfrutes más aún.
El lugar se llama Alozaina.
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